El TITO, como yo le decía, murió cuando yo tenía apenas cinco años, así que recuerdo poco de él. Su bibiloteca blanca llena de libros, con dos adornos que me fascinaban por su azul traslúcido y que nunca me dejó coger porque eran de vidrio, sus besos que me picaban por la barba, su figura lánguida que después se me pareció taaanntoo al quijote de la mancha de madera que había en mi casa, el respirador con una bolita que iba y venía cuando estaba ya muy enfermito, los confites rojos que me daba en cada visita...
En el Colombiano publicaron esta reseña de su vida en el 99:
Nace en 1898 Nicolás Gaviria Echavarría, historiador, catedrático y presidente de la academia Colombiana de Historia. Su aporte a la educación no solo del departamento, sino del país, puede calificarse de invaluable, sí se tiene en cuenta las numerosas acciones y avances en que en esta materia logró desde sus cargos académicos y públicos.
Realizó sus estudios en la escuela normal de institutores de Medellín y obtuvo el diploma superior del magisterio en 1916.
Fue profesor y director de los más prestigiosos colegios de Medellín y de varias ciudades del Departamento. En educación primaria, estuvo en los municipios de Rionegro, Jericó, La Trinidad, Angostura, Cañas Gordas, Frontino, Santa Fe de Antioquia y Sopetran.
En educación secundaria fue fundador y director del Liceo, que lleva su nombre, de Cañas Gordas, director del colegio de Sonsón, director general del liceo Antioqueño de la Universidad de Antioquia; rector del instituto nocturno de bachillerato de la Universidad de Antioquia, rector de la normal de varones de Medellín y fundador y director del instituto colombiano de la ciudad de Medellín.
En la educación superior, fue fundador y primer decano de la facultad de ciencias de la educación de la Universidad de Antioquia, profesor de filosofía e historia e la facultad de educación en las Universidades de Antioquia y Bolivariana, y profesor de castellano de las facultades de ingeniería y agronomía en la Nacional.
Así mismo, fue director nacional de enseñanza secundaria, visitador escolar del departamento de Antioquia y asesor del ministerio de Educación, donde presentó la reforma al plan de estudios y programas de la enseñanza primaria, urbana, rural y normalista, conocido como el "Plan Gaviria", cuya aplicación se empezó en la ciudad de Medellín. A partir de allí se empezaron los programas especiales dirigidos a los niños campesinos con el fin de capacitarlos en actividades acordes a su medio.
Don Nicolás también se desempeñó como diputado a la Asamblea de Antioquia, en donde estuvo por 16 años. Desde este cargo presentó numerosas ordenanzas, entre las que se destacan la creación de los liceos departamentales de Antioquia; la reforma de las categorías regulares del magisterio, consistente en fijar las categorías de acuerdo con los estudios profesionales del maestro, su tiempo de servicio y eficacia en su ejercicio. Así mismo, la creación de las escuelas normales rurales, fue otra ordenanza, sin embargo, el gobierno departamental no lo aplicó por incapacidad económica para sostenerlas. Otra de las ordenanzas importantes, y por la que tuvo que enfrentar fuertes debates por sus opositores, fue la de otorgar prestaciones sociales al magisterio.
Desde el Congreso de la República, como representante a la Cámara en donde estuvo por cuatro años, también hizo importantes aportes. De su permanencia allí se resalta las mejoras de las pensiones nacionales de jubilación de los maestros y de la defensa del proyecto de “La Ley Orgánica de Educación”, que sí bien fue aprobada por la Comisión V, no pudo tener segundo debate por la agitación política de la época (1947).
A lo largo de su trayectoria, don Nicolás llegó a escribir más de 15 libros didácticos, entre ellos: Diccionario gramatical y de corrección del lenguaje; Historia de América, compendio de la historia universal; Compendio de la Historia de Colombia y Educación Cívica Tres tomos de la historia de la Cultura; filosofía e historia de la Educación; Ortografía Pedagógica Moderna; Historia de América; Edad Moderna y Contemporánea, Roma y Edad Media; y Los Primitivos, Oriente y Grecia.
Por todos sus méritos se le designó, entre otros, los títulos de miembro honorario de la Academia colombiana de Educación; miembro correspondiente de la Academia Antioqueña de Historia de Santa Fe de Antioquia, y maestro de grado superior de la normal de varones de Medellín.
De igual forma, recibió la Cruz de Boyacá, en el grado de comendador, de las manos del presidente de la República, Guillermo León Valencia y la Estrella de Antioquia, en grado de oro, el magisterio Antioqueño. Murió en Medellín en 1984.
En 1999 es condecorado como el Antioqueño del siglo XX en el área de las letras; evento realizado por la Cámara de Comercio de Medellín, el periódico El Colombiano y el periódico El Mundo. Este premio fue recibido por su hijo el monseñor Nicolás Gaviria. (11) Los Antioqueños del Milenio. Periódico El Colombiano. Medellín 1999.